20 de junio de 2016

Yo antes de tí - Jojo Moyes

“Comprendí que tenía miedo a vivir sin él. ¿Cómo es que tienes el derecho a destrozarme la vida, quise preguntarle, pero yo no tengo ningún poder en la tuya?” Louisa Clark

Hay libros emocionantes. Hay libros que, aunque te imaginas cual va a ser el final,  luchas contra esa idea durante muchos capítulos. Y hay libros que te hacen plantearte muchas cosas que normalmente no harías. Este libro tiene, sin duda, todas estas características.
Cuando comencé a leerlo  ya sabía que me iba a encontrar con una historia dura. Todo lo que había leído sobre él apuntaba a que se trataba de una historia que me haría reflexionar sobre aspectos de la vida que normalmente ni tienes en cuenta, ni te paras a pensar. Que me iba a remover por dentro y a plantearme aspectos de la vida y del amor que nunca me ha tocado vivir, afortunadamente.
A mi me ha parecido uno de los libros más románticos que he leído y sin embargo solo hay un beso casto en todo el libro. Me ha parecido un libro sobre superación personal  y sobre todo me ha parecido un libro sobre renuncias. Renunciar al amor, renunciar a ser feliz, renunciar a no hacer lo políticamente correcto y sobre todo renunciar a vivir. 
¿Se tiene que respetar la decisión de una persona aunque sea lo que más dolor te produzca? ¿ Se debe poner fin al sufrimiento corporal para dar paso al sufrimiento espiritual y del alma? ¿ Por qué nos “agarramos” a la persona que queremos, por su felicidad o egoístamente por la nuestra? Todas estas preguntas se plantean leyendo este libro. Si encuentras las respuestas o no ya depende de cada uno. Y probablemente si las encuentras no sean las de nuestros protagonistas Clark y Will.
Louisa Clark es la protagonista femenina y la que cuenta la historia. Salvo unos pocos capítulos que están contados por otros personajes del libro, la gran parte está narrado por ella. Es una persona alegre, positiva, dicharachera, excéntrica en su forma de vestir. Es rápida y vivaz en sus respuestas y comentarios y tiene un punto de ironía que te hace sonreír en más de una ocasión. Y sobre todo es muy fuerte. Pero ni ella misma lo sabe. Miembro de una familia típica, tópica además de tradicional. Contenta con la vida que lleva y sin grandes aspiraciones.
Will Traynor nuestro protagonista masculino. Guapo, rico, sarcástico y borde. Hasta aquí podría ser uno más de los miles de protagonistas de libros románticos. Pero Will ha tenido un accidente y se ha quedado tetrapléjico. Y Louisa comienza a trabajar de cuidadora de él. Y aquí comienza la historia.
Una historia que te golpea con escenas crudas y realistas de esta minusvalía. Que te hace conectar perfectamente con Louisa y sus ganas de animar a Will, con sus proyectos para sacarle de la oscuridad en la que se ha instalado y su lucha para cambiar el futuro marcado con anterioridad por el propio Will. Pero que también te hace entender la postura de Will. Pasa de una vida apasionada, llena de acción, haciendo todo lo que le apetecía a una vida gris, triste y dependiendo siempre de una persona hasta para lo más básico. ¿Quien no estaría triste y borde en esta situación? Sin embargo Will mantiene un sentido del humor único y cínico, que incluso le lleva a bromear muchas veces con su propio estado.
A lo largo del libro hay un desarrollo de los protagonistas muy visible. Will logra sacar fuera toda la fortaleza que tiene Louisa y que como dije antes ni siquiera ella sabe que la tiene. La hace salir de su caparazón de modestia y conformidad con su vida para mostrarle todo de lo que es capaz y todo lo que se está perdiendo por no atreverse a romper con los estereotipos y con la vida que parece que tiene marcada desde que nació. Y Louisa logra que Will vuelva a sonreír. Vuelva a ilusionarse por las cosas. Vuelva a querer a una persona. ¿Pero es suficiente?
Y aquí llegamos al meollo de la cuestión. Estamos ante un libro que es de amor pero no es romántico al uso. Es un libro sobre lo injusta que es la vida pero a la vez lo maravillosa que puede ser, lo cual lo hace un libro muy real. Estamos acostumbrados a finales felices y al “comieron perdices” pero la vida real no siempre es así. La vida nos va poniendo escalones y barreras que debemos ir superando. Es un libro de superaciones pero yo creo que Louisa es la que más crece en este sentido en el libro. Es ella la que se supera día tras día para acabar convertida en otra persona totalmente distinta a la que pisó por primera vez la casa de Will. Y es un libro que nos hace pensar en el respeto hacia las decisiones de los demás. Esas decisiones que podemos no entender pero que siempre debemos ponernos en la piel del otro para intentar entenderlas. Esas decisiones que nos rompen el corazón y el alma y que nos marcan para toda la vida. Y esas decisiones son, aunque parezca lo contrario, señales del amor más grande e infinito que se puede dar. De ese tipo de amor que, precisamente por ser tan grande, no debe ser egoísta y debes aprender renunciar a él aunque ello te arranque la piel a tiras.
El final del libro es precioso. A pesar de todo el drama que lleva implícito,  la imagen de Louisa en ese café de París es de las escenas más bonitas y a la vez más tristes que he leído.
Y ahora para plasmar visualmente todo lo leído tenemos la película. Por supuesto no me la voy a perder. Debo decir que los dos protagonistas me encantan y además me parecen perfectos para dar vida a Will Traynor y Louisa Clark. Espero que estén a la altura de los creados por la mano de Jojo Moyes. Ojalá conecten como lo han hecho los que que han salido del papel. Lo visto en el trailer me da confianza para que sea una película y una adaptación preciosa. Ya veremos.



De momento pinta muy bien. Bastante fiel al libro.

“Solo... quiero ser un hombre que ha ido a un concierto con una chica vestida de rojo. Solo unos pocos minutos más” Will Traynor

8 de junio de 2016

Noches sin luna - Ana Idam


Mi anterior reseña iba destinada a las amigas virtuales. Además de esas amigas virtuales,  todo este mundo facebuquero te permite conocer a gente que ha visto que por este medio puede dar un poco de rienda suelta a sus ilusiones, a sus habilidades en distintas materias, a sus hobbys. Unas hacen manualidades estupendas, otras cocinan de muerte y otras, como es el caso, escriben. Y como digo, gracias a este espacio virtual se atreven a lanzarse con sus proyectos y enseñarles al mundo todo lo que pueden ofrecer. No siempre el resultado nos gusta y sobre todo en esto de la escritura te encuentras con verdaderos desastres. Relatos que son copia casi exacta de otros, historias repetidas hasta la saciedad, textos con unas faltas de ortografía que hacen que los ojos se caigan del susto,  argumentos que no tienen ni pies ni cabeza, libros que se lanzan al mercado sin una triste edición gramatical y lingüística, situaciones escritas que no han sido documentadas y por ello rayan lo cómico y un largo etc. que te vas dando cuenta según vas conociendo gente que se lanza al ruedo de la publicación sin el menor atisbo de sensatez. Yo entiendo que el camino es difícil y que nadie nace aprendido. Y que hay que respetar el trabajo de todo el mundo. Todo eso lo entiendo. Pero dejo de entenderlo cuando veo que la "escritora" no sabe diferenciar un "echo" de un "hecho" o un "a ver" de un "haber". En ese momento para mí ha perdido toda la categoría de escritora. Y no me refiero al tema puntuación o acentuación, entiendo que ahí puede ser más complicado. Pero la ortografía básica es eso, básica. Y muchas (no nos engañemos, el 98% de las escritoras de romántica son mujeres) carecen de ella. 
Estamos en un momento que salen escritoras de romántica y erótica como las setas en otoño. Todo el mundo escribe. Todo el mundo se cree escritora. Y creerse y serlo son dos cosas distintas.  Se nota cuando un proyecto ha sido mimado, hecho con el corazón, trabajado y revisado hasta la saciedad. Este es el caso de la reseña que os traigo hoy. Te puede gustar más o menos la historia, puede tener más o menos éxito, te pueden atrapar los personaje o no. Pero no se puede discutir que está bien escrita. Lo está y por ello, solo por ello,  su autora ya merece todo mi respeto. Y además me ha gustado, ¿se puede pedir más?

¿Quien no ha soñado alguna vez en irse de vacaciones y que un buenorro bronceado y marcando V en cadera llame a tu puerta pidiendo sal o azúcar, o pidiendo lo que sea?? yo la verdad nunca. Ni se me ha pasado por la cabeza.
Por ello cuando esto le pasa a Sofía la protagonista de esta historia no le tuve NAAAAAAAAAAAADA de envidia. Para nada.
Y entonces conocemos a Breixo (joder nena vaya nombrecito. Que sepas que para mí siempre serán Brecho. Y punto). Un personaje que rezuma juventud, frescura y con el cual el 99% de las féminas quisiéramos tropezarnos. El 1% restante son fans de Jose Luis Rodríguez El Puma, con eso lo digo todo.
La historia no tiene secreto. Es la típica y tópica de chica conoce chico. Chico está como un pan. Chico y chica se encaman y saltan fuegos artificiales. Chica y chico se enamoraran. Pero no por ser la típica está tratada de forma vulgar y se te hace aburrida a mitad de libro. No, para nada. La autora escribe con una narración amena, divertida, coloquial y hace que la historia se desarrolle rápido y ágilmente.
Ella llena de dudas por todo lo que le está tocando vivir y sentir (no olvidemos que "Brecho" es mucho "Brecho") pero hay una diferencia de edad que aviva las inseguridades de ella. Pero ella las afronta con madurez y serenidad. Es una tía inteligente, madura que tiene sus miedos pero su propia personalidad la impulsa a seguir hacía delante. Pero no en una huída hacia ningún lado sino disfrutando de cada momento (y como disfruta.......) y viviendo el día a día.
"Brecho" enamora desde el minuto 1. Atento, romántico, servicial, un potrazo en la cama y un empotrador de manual. ¿Se puede pedir más? Sí, que sea maduro y que tenga muy claro lo que quiere. Todo esto lo mezclas, lo bates bien y sale un personaje redondo.
Sofía una repostera de cuyas manos salen exquisiteces y que la llevan a la aventura de abrir su propio negocio haciendo lo que realmente le apasiona que es estar envuelta en harina, controlar tiempos de horneados y todo ello mezclado con la intención de no morir en el intento de amar y ser amada por el veinteañero de turno. 
Muy divertidas las charlas que tiene Sofía consigo misma y por supuesto con su amigo Jorge. Ese amigo que todas deberíamos tener en esos momentos de bajón para que nos abra los ojos dándonos puñetazos donde más nos duele y a la vez sujetándonos en nuestras dudas y disipándolas con toda la dulzura posible.
Solo le he encontrado un pero a la historia. Para mi parecer debería haberse exprimido más el final. Debería haberse tratado más el conflicto con la "encantadora" madre de la criatura. Creo que ahí había un filón para darle un poco más de fondo a la historia. Un filón para dramatizar un poco el relato y que no fuera todo tan perfecto. Y hubiera evitado un final tan drástico que a mi parecer es un poco apresurado.
Tengo que felicitar a la autora porque para ser su primera obra publicada no está nada mal. Nada de nada. Miles de libros se publican todos los días con un apoyo importante de editoriales y publicistas detrás que no son ni la mitad de entretenido que este. Y al final es lo que se busca en un libro (o por lo menos lo que yo busco). Que te entretenga y que cuando lo tienes entre tus manos el relato te haga olvidar las miserias de la vida diaria. Y este libro , sin duda, lo consigue.
Y además (y esto ya es fuera de la reseña y espero que a Ana no le importe) tengo que felicitar a la autora porque mientras preparo esta opinión,  ella disfruta de las primeras horas de su bebé.  Felicidades Ana. Eso si es una buena recompensa para un trabajo bien hecho.
Breixo (Brecho para las amigas....y yo lo soy)
 
piso con vistas...