28 de mayo de 2017

Trilogía Mi elección - Elisabet Benavent

Lo que viene siendo los Pornoositos



Te quiero —musitó—. Te quiero todos los días. Cuando él te tiene y cuando él no te alcanza. Te quiero cuando te ríes, cuando te equivocas, cuando tropiezas y cuando te levantas sin necesitar ayuda. Te quiero cuando lloras, porque hasta así estás preciosa. Te quiero porque no puedo evitar hacerlo. Puedo fingir con él, pero no contigo.



Intento hacer todas mis reseñas sin spoiler, pero de verdad que en esta se me ha hecho imposible. Así que si no has leído la trilogía y quieres seguir ten en cuenta que descubro datos importantes de ella que te pueden estropear la tensión de la lectura. Dicho esto y si decides continuar,  “allá tú con tu mecanismo, hermosa”

Puede contener Spoiler de los libros

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Otra vez lo ha hecho. Me postro de rodillas ante la @betacoqueta.  Otra vez ha conseguido tenerme enganchada hasta la palabra FIN.
He de decir en honor a la verdad que el tercero se hace un poco pesado. Es más denso que los otros debido a las "introspecciones" y diálogos internos de cada uno de ellos. Y el final se me quedó un poco cojo. No por el final en sí sino porque pasamos de estar casi al borde la ruptura entre Hugo y Alba a estar a dos días de la boda (si esto no es spoiler que baje dios y lo vea). Creo que me faltó algo por el medio. Después se arregló con el epílogo que ruego encarecidamente que si has leído la trilogía no lo dejes de leer también
Pero vamos al tema.
¿Se puede estar enamorada de dos personas? ¿Se puede sentir atracción sexual por dos personas? ¿Se puede compartir todo con dos personas? NO, SI Y NO



Hugo: Es un HAMOR (con mayúsculas y con H para que sea más largo). Es el menos egoísta de los tres. Es el que la quiere de verdad y que está enamorado de ella hasta las trancas. Se aleja porque no soporta compartirla y para que ella y su amigo puedan ser felices juntos...Ohhhhhhhhhh!!! le hago la ola y le regalo todos los manteles con Carpas japonesas del Zara Home.
Es directo, pasional, mimoso, sexual, la cuida, la ama, la venera y le fabrica su cuento de hadas.  Y encima está bueno. Y folla como los ángeles. Y viste "qui ti cagas". Y cocina. Y lo más importante la quiere más que a su propia vida. Por ella está dispuesto a romper todas las normas, reglas ...y hasta con su mejor amigo/hermano (realmente creo que él nunca quiso romper con Nico, que fue Nico el que rompió con ellos...pero ya llegaré a eso). 
¿Que se equivocó en cosas? por supuesto. Los tres lo hicieron.  Hugo no más ni menos que los otros dos.
Nico: vale…es un HAMOR (con mayúsculas y con H para que sea más largo) pero… le falta sangre por las venas. Está parapetado siempre detrás de Hugo. Nunca toma decisiones, nunca hace nada que él desee. Es un yonki de Hugo. El no quiere a Alba con la misma intensidad que la quiere Hugo. El quiere a Alba para seguir con su vida de siempre. Sin problemas, sin tomar partido.
atardeceres contigo en Tailandia o en Carabanchel, da igual
Dejándose llevar sólo para seguir  cerca de Hugo. Y creo que es lo único que le interesa. Hugo. Nunca Alba. Yo llegué a pensar que estaba enamorado de Hugo. Pero tampoco olvidemos que cuando Hugo se retira del juego y él se queda de "novio" de Alba, no protesta. No dice "no sin mi amigo". No, para nada. Se la sigue tirando sin el menor de los remordimientos y sin tener en cuenta si Hugo sufre o no. Y después los intenta destrozar como pareja intentando que vuelvan a ser las cosas como antes (los 3) sin importarle si ellos quieren o no. Y como venganza final le envía las fotos al jefe. Y la razón es para que se separen y el quedarse con Hugo no con Alba. Que su vida vuelva a ser la misma que antes de que apareciera Alba (yo así lo vi). Eso es de ser malo, malísimo. Y todavía Hugo le dice que sabe que lo hizo sin maldad. Venga, seamos realistas no seamos tan complacientes. Cualquiera en el lugar de Hugo y Alba le hubiera reventado a hostias (nótese que en este momento de la lectura el tema me puso de muy mala baba, NO A LA VIOLENCIA)
Alba:  Alba lo gestiona mal. Pero lo gestiona mal desde el principio. Está claro que ella siente mucho más por Hugo que por Nico. Quizás le podamos reprochar que en el momento que comienza a sentir más por uno que por otro, lo lógico hubiera sido sentarse y acabar con el juego. Pero por otra parte ella también estaba disfrutando del sexo tanto como ellos. Ellos también estaban colándose por ella. Entonces ¿Por qué tiene que ser ella la que rompa? ¿Por qué siempre tenemos que ser nosotras las que busquemos el amor en vez del sexo salvaje?.
ya sé que no es la oficial pero siempre fue Alba en mi cabeza.

No la puedo culpar de la ruptura de ellos. Y no la puedo culpar porque en el amor cuando quieres a una persona te da igual los cadáveres que vayas dejando por el camino. La gente se enfrenta a padres, amigos, compañeros...a quien sea para defender y proteger su pareja. No creo que le obligue a elegir entre ella o Nico. No más que lo que obliga Nico a elegir a Hugo entre él o ella. El único que no les obliga a elegir es Hugo. Hugo se retira hasta que se da cuenta que es una gilipollez. Que ella con Nico nunca será feliz y aunque lo fuera, él también quiere luchar por su parte de felicidad.
Ella está enamorada de Hugo pero también se siente atraída sexualmente por Nico que no olvidemos que es un cielo y además bueno de romper. ¿Quién no se sentiría?  Y no estoy disculpándola. Es que solemos comulgar con la idea de que en esas situaciones tiene que ser la mujer la que frene. Supongo que sea debido a años de machismo encubierto. Y de que somos las primeras que se nos viene la palabra zorra a la boca cuando nos enteramos de algún devaneo de una de nuestra misma especie y género. 

Sustituí a la propuesta de protagonista de Alba de Emilia Clarke por Cristina Pedroche. Cosas raras que pasan en mi cabeza y que podría dar para un buen estudio de alguna universidad de renombre (a poder ser americana y que me paguen el viaje)

En resumen. Me gusta la forma de escribir de Benavent (a estas alturas ya no es ningún secreto). Me gusta como desarrolla la historia. Me gusta que me haya sorprendido ¿por qué? porque lo empecé pensando "otro de tríos, que cansinas estas escritoras". Yo venía de otra saga muy famosa de tríos (si sois listas ya sabéis a la que me refiero) en la que no pude pasar del segundo libro.Y sin embargo toca morderse la lengua porque no es "otro" libro más de tríos. Es una historia de amor, amistad, desencuentros y elecciones. Entre tres (Por eso lo del trío ;) ). Pero lo narra de una forma tan amena, tan coloquial, tan como todos hablamos normalmente, llamando a las cosas por su nombre, que te acabas creyendo que lo normal es encontrarse en tu habitación con dos buenorros que te van a poner mirando para Cuenca y te van a dar lo tuyo y lo del regimiento de infantería del área V. Y ahí te das cuenta que la lectura es imaginación en estado puro, porque ni buenorros ni leches en vinagre. Y al fin y al cabo eso es lo más importante,  que te hagan protagonista de una historia. Que pases de ser espectadora de lo que pasa a sentirte la protagonista del cuento de hadas.







21 de marzo de 2017

Kilómetro cero - Dulce Merce




Todos los que nos declaramos lectores pedimos  nuevas historias, nuevos escenarios, nuevas tramas que nos enganchen a la lectura de un libro. Las estanterías de las librerías y de las secciones de libros de los grandes almacenes están llenas de historias repetitivas, monotemáticas, sin ningún ápice de tensión en la trama que hace que se desarrolle en una lectura plana y sin ningún tipo de emoción.
Y muy de vez en cuando llega a tus manos una lectura que rompe con todo eso. 
En kilómetro cero la historia comienza por el final. El final de una relación debido a la monotonía del día a día, de dar por hecho los  sentimientos sin ver la necesidad de pararse, mirar a la pareja a los ojos y vaciar todo lo que tenemos dentro. Lo bueno y lo malo. Lo que nos gusta, nos enamora y nos pone cara de pipiolo constantemente y también de todo lo que no nos gusta, de todas las incertidumbres y dudas que podamos tener y sobre todo de los miedos y peligros que veamos que puedan acechar a la relación. Y yo sé que es fácil decirlo pero es verdad que lo complicado es llevarlo a cabo y realizar ese exorcismo que nos libere de todos los miedos e inquietudes. Lo fácil es dejarse llevar por las situaciones y esperar que se arreglen solas.  Es lo fácil pero también es lo más peligroso.
Y esto es exactamente lo que les pasa a nuestros protagonistas, a Daniel y Julia.  A través del relato de Daniel (otra novedad, porque normalmente la narradora es la parte femenina) nos vamos adentrando en la relación que tuvo, tiene y tendrá con Julia. En el vacío y soledad que deja el desamor cuando de verdad se ama y en la lucha para recuperar lo perdido cuando te das cuenta que lo que tenías era lo que realmente merecía la pena y sin ello el motor de tu vida se encuentra gripado.
Todo ello mezclado con las historias diarias del taxi que conduce y nos conduce a su vez por historias paralelas que hacen ver las situaciones desde varias perspectivas al mismo tiempo.
La narración se hace muy amena debido a todos estos protagonistas que se mezclan en el asiento del taxi mientras recorremos las calles de un Madrid que me encanta y en el cual cada vez me encuentro menos visitante las veces que voy.  Además es tan realista que cualquiera puede verse perfectamente reflejado en uno de los pasajeros o de los propios protagonistas. Los personajes van pasando dejando todos ellos algún mensaje, un granito de arena que hace que la historia fluya hasta un final lógico y con los tiempos perfectamente sincronizados. Sin prisas, sin finales rápidos pero tampoco sin dar vueltas a la misma historia una y otra vez con el único objetivo de alargar la historia y hacer un libro más voluminoso como si la calidad estuviera en el número de hojas y no en su contenido.

Gran Vía
Esta novela es el claro ejemplo que no hacen falta millonarios, guapos veinteañeros con pasados oscuros, biceps marcados ni escenas de sexo explícito cada dos páginas para que un libro sea redondo. Nos vale con una historia trabajada en la que los protagonistas tienen los mismo problemas que nosotros, que sufren y sienten como nosotros y que sus únicas metas es ser felices con lo que tienen.  El amor, el trabajo, pagar la hipoteca, el orgullo, los celos y los miedos son problemas con los que todos lidiamos en el día a día. Y nuestros protagonistas hacen un master de ellos.

Realmente es un gustazo leer de vez en cuando historias con gente con la que te podrías cruzar por la calle y no llamarían tu atención pero que sienten y sufren por lo mismo que tú.
Gracias por este ratito de normalidad.

16 de marzo de 2017

De madres e hijas





Y llegó el día que comienza a volar sola.  Tú la acompañarás como has hecho desde que nació. Tú que llegaste a casa unos meses antes que ella y la esperaste paciente en una esquina de su serón. Vigilaste su sueño hasta que ella tuvo la suficiente fuerza para agarrarte con sus manos y  llevarte con ella. Desde entonces habéis sido inseparables.  Un día ella decidió que ya era hora de darte nombre porque lo de llamarte "perrín" era muy poco amigable para tí que eras uno más de la familia. Y como una verdadera princesa  su perro  se llamó igual que el perro de Cenicienta.  No podía ser de otra forma.  Y pasaste a llamarte Bruno. 


Bruno
 
Habéis viajado juntos a todos y cada uno de los lugares a los que hemos ido. Habéis compartido sueños, varicelas, toses y mocos. Y claro, algún que otro disgusto también. Te ha utilizado de tranquilizante cuando algo ha molestado o modificado su sueño.  Y ahora, como no podía ser de otra forma, volarás con ella a París. 


¡Qué maravilla de viaje!. ¿Quién no ha soñado con irse de viaje con amigas a un sitio así? Toda una experiencia que espero que aproveche y disfrute como solo se pueden disfrutar estas oportunidades, al 100%.  Afortunado tú que puedes ir en la maleta. Ojalá yo pudiera hacer lo mismo. Esconderme dentro de su maleta e irme allá donde vaya ella. Ojalá pudiera verla dormir como vas a hacer tú durante estos días. Ojalá fuera a mí a quien abrazara mientras sueña con lo que quiera dios que sueñe.  Pero no va a ser así. Yo me quedo echándola infinitamente de menos y tú la acompañas a esta nueva aventura. La primera en solitario.  Si no significaras tanto para ella ten por seguro que te odiaría por poder compartir con ella lo que para mí está vetado. Dejo en tus manos (o en tus patas) la tranquilidad de lo que más quiero. Cuídala como has hecho en estos 14 años y devuélvemela con una sonrisa de oreja a oreja y hablando por los codos contándonos todo lo que vio y visitó.  Abrázala para que no nos eche de menos. Y aprovecha tu tiempo con ella. Inexorablemente llegará el día que tú también te quedes en casa como lo hago yo ahora viendo como se aleja. Y te entristecerás como lo estoy  yo ahora. Sé que debería estar contenta y alegre por ella y porque será un viaje que seguro nunca olvidará, pero no puedo evitar sentir que poco a poco se aleja de mi lado. Y eso duele.  ¿Es egoísta? Seguramente si, pero me da igual. Soy totalmente egoísta en lo que a mi hija se refiere. La quisiera conmigo todo el tiempo, que siempre tuviera la necesidad de mis conversaciones, mis abrazos y mis besos. Y que no creciera. De hecho creo que ya ha crecido demasiado. La quiero de mi mano paseando y exigiéndome el beso de buenas noches. Quiero que me pregunte cuando tiene una duda de lo que sea y me siga mirando con esa cara de "jo, mamá lo sabe todo". La quiero conmigo. Pero ello es imposible. A este viaje seguirán (ojalá) muchos otros. Y llegarán las salidas nocturnas (no lo quiero ni pensar) y tu seguramente la seguirás esperando sentado en su cama. Pero también llegará la primera noche que no duerma en casa y los primeros novios (esto el que no lo quiere ni pensar es el padre). Y seguiremos estando ahí pero tendremos que verlo desde lejos y aunque el hilo rojo de la vida nunca se nos rompa cada vez tendremos más metros de hilo entre nosotras. Dicen que es ley de vida. 
¿Tú lo entiendes?
Yo tampoco.